LA MÁSCARA NUNCA MIENTEIdentidad como ficción
(Asignatura: Proyectos Artísticos)
Cayetana Costales |
El origen de la máscara se remonta en el tiempo y se pierde en la antigüedad. Se supone que su invención se debió a fines religiosos.
Los poderes invisibles, dioses, espíritus, demonios, se manifiestan en las primitivas civilizaciones a través de máscaras. El danzante presta su cuerpo y su voz al espíritu representado por su máscara. Cuando la ceremonia mágica o religiosa se convierte en teatro, la máscara permite al actor ir más allá y se convierte en otro personaje, despojándose completamente de su propia personalidad.
Nuestra exposición, La máscara nunca miente, toma múltiples influencias de Egipto, África, de la Mitología Clásica, de Asía, de Oceanía… y nuestros alumnos de 1ª de Bachillerato de Arte se “camuflan” y continúan indagando sobre su identidad, trabajando en esta muestra, dónde las piezas que conforman la exposición hablan de las diferentes posibilidades del ser, buscando “otro yo”, “otros yos”.
La palabra «máscara» conlleva una ficción, una impostura para burlar la realidad.
¿Somos, entonces, una máscara constante, una representación de lo que realmente somos?
Proceso de trabajo: